martes, 22 de noviembre de 2011¿Qué es lo que llena la libertad?"Finalmente, continúa la pregunta: ¿qué es lo que llena la libertad? (...) ...señala Krings que "libertad no es primariamente la propiedad de un sujeto individual, la cual pueda existir y comprenderse por sí sola; más bien, el concepto individual sólo puede entenderse por aquel concepto de comunicación"
Empíricamente esto significa: un hombre no puede ser libre. La libertad sólo es posible donde la libertad se abre a otra libertad.
- Fredy Parra C.,
"Desafío del tiempo, memoria y esperanza"
lunes, 7 de noviembre de 2011Ah, esas noches..
Pasé de temerle a este sentimiento que desborda incesante en mi interior, a temerle a las noches. A todas las noches; cuando voy a dormir. Porque en ninguna encuentro ese aliento, ni esas mejillas siempre cálidas, ni ese aroma tuyo, para arrullarme con su pura presencia, con el simple tacto.
Supieras, cuanto es que sueño tu presencia, y busco entre la corriente tu aliento para seguir respirando.
Te echo de menos. Todos los días.
PD: Ya cambiaré de tema, y hablaré de algo menos empalagoso. Pero el tiempo limita, y es por eso, que me limito solo a satisfacer una necesidad; tener donde explotar tanta interioridad, es necesario. Etiquetas: (L)
martes, 20 de septiembre de 2011LinkSiempre me tomo un tiempo cada par de días para buscar imágenes de lo que sea, solo porque si. Me gustan mucho, y siempre tengo la ilusión de poder ocuparlas todas en algún momento, en alguna entrada en particular.
Al final, caigo en cuenta que la vista se cansa entre tanto estímulo visual. Muchas fotos no van con poco texto. Pensaba dejar un blog solo para subir imágenes, y dejarlas como almacén.
Ah, debo dejar de crearme cuentas en página chori que encuentre.
jueves, 28 de julio de 2011PalabrasSe conoce el peso de las palabras. Quiero decir, su importancia o su valor. Su habilidad de concretar y, a su vez, de idear la realidad a extremos radicales, casi opuestos. Se considera, también, como perfeccionamiento del control del peso de las palabras, la aplicación de distintas acepciones de una misma palabra para aplicarla según sea pertinente; o el conocimiento de palabras de menos recurrencia para evitar confusiones por redundancia, o para demostrar mayor desplante ya que la aplicación de éstas requieren una habilidad mayor, por lo que, seguramente, se considera un mayor peso en ellas. Cuán cultos seríamos. Cuánto control tendríamos. Cuánta codicia produce imaginar el dominio perfecto de las palabras, en especial de las palabras de menos recurrencia: el control total, la gracia insuperable de someter al mundo a la materialización de una idea o una orden. Y... cuán ilusos son quienes siquiera tienen un pequeño atisbo de la idea. Porque el hombre es un ser absurdo, tanto que crea expresiones nuevas para igualarse a lo demente de este mundo en el que vivimos. Un ser absurdo. Y es que ninguna palabra creada con significado y acepciones finamente seleccionadas, son lo que son, porque es solo quién lo dice, cómo y cuánto lo dice lo que define el valor de cada expresión. ¡Más absurdo aún!, que a pesar de tantas miles de nuevas invenciones, el hombre solo se conmueve con las palabras más usadas, manoseadas, explotadas y simples que suele dominar; el corazón humano es tan absurdamente complejo, tanto, que pocos caen en cuenta, que es el sistema más simple, y delicado de tratar. Anoche escuché las palabras más simples y conocidas del colectivo general. Pero, también, fueron las palabras más bonitas que he podido escuchar (y no creo que exista, por ahora, cosa más linda que la pura existencia de la expresión de todas ellas). Etiquetas: (L), reflexiones
martes, 26 de julio de 2011FlojeraUn poco más de dos semanas -y contando- sin aplicar de forma útil mi materia gris, y aún así no soy capas de animarme a usarla (útilmente). Creo que necesito más vacaciones. Y así con la flojera extrema. Etiquetas: asdf
sábado, 25 de junio de 2011MiedoTengo miedo. Porque desapareció mi horizonte y el suelo es cielo, las nubes cayeron y el mar flota a nivel de mi cuello. Miedo porque se reventó el bolígrafo que inventaba conceptos en mi cognición, porque los libros perdieron sentido una vez pringados en tinta, y cada paradigma hecho a justa medida y paciencia se caen, una sobre otra, quiebran y retuercen sobre sí, ya no hay sentido y se perdió el filtro con el que los mismos podían subsistir. Tengo miedo, porque ahora ya no hay línea limítrofe; ya no hay cómo.Tengo miedo, porque todo empieza como un copo de nieve, que cae sobre mi pecho endurece mis nervios y congela un momento, y como si agua fuere, se expande la cristalización como esas ondas perfectas en la superficie, que crecen y empequeñecen cuando chocan con su recipiente, van y vienen, y desde la nariz llegan a la punta de mis pies, erizando la piel, toda; pero el cuerpo y el corazón son muy pequeños, y el fluir del hielo no cesa y no cabe en mi espacio para contenerlo, es rebelde y no entiendo como es tanto, es como el gato queriendo queso y el ratón maullando, que desde la nada sigue aumentando, y ahora convierte todo el cuerpo en pequeños cristales que fulguran y ahora suben como estrellas y despiertan mariposas, y hay tormenta de ellas y de las otras, y pasan a través de mi garganta, ah, ese nudo en la garganta, que es atravesado como cuchillo en mantequilla, y todo lo que pasa se funde en el paso, y por fin, escapan por la vista. Y sin quererlo... lloro. Tengo miedo porque soy incapaz de contener tanto, y todo lo que siento, desde el copo de nieve que cae sobre mi, rebalsa toda mi capacidad, y se deja fluir hacia el exterior. Tengo miedo, porque todo lo que siento está creciendo en forma exponencial, y es tanto, que ya no entiendo, y no sé qué hacer, y no sé esperar, y te sigo buscado a pesar de que fue hace un instante que volví a casa, y no puedo comprender como se puede ser tan feliz, con ese único respirar. Y miedo, porque quiero seguir sintiendo, todo; tú. Tengo miedo. Miedo, porque esto es cada vez más grande, más de lo que creí, más de lo que puedo alcanzar a imaginar siquiera. Miedo, porque ya caí, contigo. Porque quiero seguir así, ambos, olvidándonos del mundo, un ratito. Y... perdón por llorar tanto. Etiquetas: (L)
lunes, 30 de mayo de 2011DetallesMe gustan los detalles. Más que hacerlos, mirarlos. Subí la mirada. La ventana del metrotrén se vistió de contraluz, y tras él las primeras pestañas de naranjo fluorecían en las nubes. Me quemé levemente la retina. Al parecer, las nubes no querían sentirse observadas; me fui obligada a dejar caer mi mirada. Tal vez haya sido la hora a la que me levanté, o la sensibilidad de mis ojos a luces fuertes, o solo haya sido el sueño, pero, tras girar la vista, me volví a dormir, sin siquiera notarlo. San Joaquín. Bajar del metro y sentir la bofetada de frío en las mejillas. Mirar como el vapor da vueltas y se flexibiliza sobre sí al exudar de mi boca, y concientizarme de las sábanas que siguen pegadas sobre mi. Olvidé mirar las hojas en el camino a la sala. Ahí dentro es cálido; más que el campus. Y fue como repetir el viaje en metro; apenas parpadeé, me volví a dormir. Ah, Arturo se cortó el cabello. 'Tienes los ojos como zombie', me dijo. Me dio sus guantes, como acostumbra hacerlo, y dio media vuelta. Es amable. Lo bueno de este tiempo, es que en las tardes aún hay calor. Almorzaba con los de costumbre en la facultad. '¿Qué pasa?'; pequeña extrañeza de Rodrigo, creo que por mi. 'Trigonometría, cansa', pues, yo creía lo mismo que dijo Claudia. Pro alguna razón veo frecuentemente a ese chico de gorra azul. 'Estás rara'. 'Es que hoy no está vestida con colores oscuros', dijo otro. Me reí. 'No, no es estético'. Debo darle crédito, Rodrigo es más perspicaz de lo que en algún momento me llegué a plantear. 'Estás rara'. Pudo haber sido que sentí que se me quemaba la retina, o que tenía mucho sueño, o que no vi las hojas camino a la sala; hoy estaba rara, mirando como zombie. Y no lo noté, hasta que me lo hicieron notar, aunque sea como detalle. Me gustan los detalles. Pero olvido ver los míos propios. Aunque, debo admitir, que me gusta mucho más cuando las personas notan los míos. Aunque sea algo... inusual. Etiquetas: corriente de la conciencia
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Karla Buch
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