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miércoles, 11 de noviembre de 2009Esa minoría"Piensa en los demás"."No seas egoísta" "Ponte en su lugar" Ya no es raro escuchar palabras similares. Todas apuntan al trato de tí para con los demás. Las librerías, medios de comunicación de masa, terapeutas y demás; todos los lugares están fétidas de estas expresiones. Y es porque la mayoría de la gente no lo pone en práctica. Son particularmente egoístas. Pero no, no vengo a joderos la vida de sermones con "Hey! no seas egoísta", al menos, hoy no. Mayoritariamente, la gente posee una alta valoración de su persona; es algo que mantienen o acrecentan desde que nacen, lo que facilita la relación de afecto para con los demás, pero, también los hace propensos al orgullo, a la vanidad y demás. ¿Y qué pasa con la minoría del vulgo? Esa minoría que pocas veces es percibida, que pocas veces es aconsejada, que pocas veces se alguien hace el esfuerzo de conocer. Esos pocos que no encajan en los muchos, esa minoría que no es capáz de arrastrarse sediento de descanso frente a cualquiera. ¿Qué le dices a alguien que no se sobrevalora?, ¿que no es propensa al orgullo ni a la vanidad?, ¿qué le dices a alguien que, simplemente, no se quiere? Nadie se da cuenta. Hay gritos desesperados implorando ayuda, implorando un suspiro, suspiro que no puede salir, porque no quiere ser escuchado. El suspiro le teme a la interrogante ajena, al qué dirán, y a la carga que ejerce sobre los oídos en los que resuena. Por eso el suspiro se queda en los pulmones, esperando salir. Día tras día, los suspiros se acumulan, y no paran de proliferar; necesitan salir, como la mariposa dentro de su capullo. ¿Es que acaso, esa pequeña mariposa, no sabe que puede morir si no se decide a salir? Pero la testarudéz es mayor, ¿verdad? Esa minoría piensa que no merece ayuda ni la preocupación ajena; por eso sonríe. Aunque los músculos faciales estén tensos, muertos, en post morti, son forzados para esbozar una sonrisa con el motivo equivocado y se vuelven inapreciables, opacas. El esfuerzo es en vano. La gente muta en motas grises que intentan eliminar los suspiros que no pueden salir. Son motas grises aferradas a la idea de rechazar cualquier ayuda y tienen la certesa de que no la merecen; que solucionan sus problemas con su pellejo al descubierto para aprender a recibir los golpes, que, extraña y estúpidamente, nunca son suficientes. ¿Por qué son tan desdichados?, ¿por qué no hay alguien que intenta ayudarlos, a pesar de todo? Pueden aparentar lo que quieran y negarlo mil veces, pero toda esa minoría espera vehementemente ser ayudada. Espera con todo ahínco una pequeña muestra de cariño que las saque de su patética soledad autoimpuesta. Pobre, pobre, pobre... ¿Hasta qué punto puede llegar el patetismo? Nadie puede querer a alguien (con todo el sentido de la palabra) si ese alguien no se quiere a sí mismo. Autocompadecerse no sirve. Llorar sobre la leche derramada tampoco, pensar en tu inutilidad, mucho menos. Las personas quieren porque han visto lo que uno no puede ver con sus propios ojos sobre sí mismo, y comprenderlo requiere más de lo que se estima; no tiene sentido ser la víctima del mundo o lo más desdichado de la humanidad, siempre se vale más de lo que se piensa. Todos tienen derecho a vivir su vida, y es genial que la minoría esté al ciento diez por ciento empeñada en apoyar a los demás. Pero nunca hay que olvidar que todos tienen ese mismo derecho: los que creen merecerlo y los que no. Si alguien pertenece a esa minoría, a esa inmersión en la soledad e incomprensión misma, le recuerdo, que uno nunca está completamente solo. Hay cosas que no se entienden si no se dicen, y hay problemas que no se solucionan con la fuerza de una sola persona. No hay que ser como los demás, tampoco hay que ser aceptado por los demás. Hay que conocer, hay que compartir, hay que pelear y llorar, y en este esto, agregar a tu vida la persona que te faltaba para solucionar aquél problema, y tal vez esta misma sea la que logre devolver los colores al horizonte en sepia que tenías a la vista. Yo también quiero ayudar, falta que alguien quiera una mano. ![]() Etiquetas: reflexiones
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